La magia del gran maestro Irving Bishop.
Estamos cerca del río Hudson, primavera de 1889. Irving Bishop es ya una figura conocida en Estados Unidos. Hoy actúa en Nueva York, más concretamente en el “Lamb Club”, este local se caracterizaba por traer a las figuras mas importantes del espectáculo.
Antes de nada, quiero poneros un poco al día. Irving Bishop, era mentalista, vivió hasta los 33 años de edad. Pero las cosas que hacia le dieron una fama extraordinaria y se convirtió en uno de los grandes maestros de la magia mundial.
Encontrar una aguja perdida en la ciudad, proponía en sus espectáculos que se cometiera un asesinato ficticio con su publico, y el lograba adivinar quien había sido el asesino, quién había muerto y quién había sido complice del mismo.
Murió tres veces.
Se dice de el que fue un hombre que murió tres veces. Tres ataques de catalepsia, uno en 1873, otro en 1881 y el último te lo cuento retomando el preámbulo del primer párrafo.
Para calentar motores, pidió al secretario del club que pensara en cualquier nombre de la lista de registro del lugar.
Con los ojos completamente vendados, Irving Bishop encontró el libro y luego la pagina del registro donde figuraba el nombre de la persona en cuestión.
Pidió al publico que estuvieran en silencio y pidió concentración a su improvisado ayudante. Lentamente escribo “TESNWOT”, el secretario no entendia que queria decir esto y afirmó que el nombre que había elegido el el de Margaret Townset.
Sin decir una palabra el mentalista se dirigió a un gran espejo de marco dorado y frente a el puso el papel que había escrito. El publico ojiplático pudo leer “TOWNSET”. Cuando el publico rompió en un estremecedor aplauso el artista se desplomó.
Su medico de confianza calmó al público diciendo que era común que le dieran estos ataques. Ya despierto, pero cansado por tanto esfuerzo, insistió en adivinar el nombre de dicha persona en cuestión, no debió recuperarse bien ya que se volvió a desplomar, y esta vez no se levantó.
Su cerebro a exámen.
Los médicos estaban deseosos en hacerle una autopsia, y lo primero que examinaron fue su cerebro, no encontraron nada fuera de lo normal. La creatividad y la imaginación de un artista no se pueden ver.
Tampoco vieron la nota que tenia en su bolsillo explicando su problema y pidiendo que no sacaran su cerebro para se examinado.
Gracias a Carlos Lamas por esta gran anécdota.
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